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Microbiología del ciclo del nitrógeno y de la simbiosis Bradyrhizobium japonicum-glycine max (L.) Merril en suelos de la región semiárida bonaerense

Renée Silvia Arias.

1989.

vi, 167 h. : ilustraciones ; 30 cm.

Director de tesis: M. A. Sagardoy.

"Tesis presentada para optar al grado de Magíster en Ciencias del Suelo".

Tesis (magíster)--Universidad Nacional del Sur, 1990.

Resumen: PRIMERA PARTE - INTRODUCCION : La sustracción irreversible de los suelos de la biósfera por el desarrollo de ciudades, reduce el área para los ecosistemas que producen biomasa. La erosión, deflacción, sobrepastoreo, deforestación y salinización secundaria de los suelos debido al riego sin drenaje, tienen el mismo efecto negativo. La pérdida anual de la cubierta vegetativa oscila entre seis y siete millones de hectáreas; y según otros autores alcanza a casi 20-25 millones de hectáreas. Todo esto puede influenciar sobre los ciclos biogeoquímicos globales de múltiples elementos y sobre los regímenes térmicos e hídricos de los continentes (Kovda, 1980). En el mundo existen millones de hectáreas de suelos arables que son demasiado salinos para la agricultura y cientos de miles de hectáreas más, que antes eran de uso agrícola, se pierden anualmente para la producción de alimentos debido a su salinización, (Doddema et al., 1986). Aproximadamente dos tercios de la superficie de la República Argentina posee condiciones áridas o semiáridas, de las cuales en el año 1966, seis o siete millones de hectáreas ya estaban afectadas por sales, (Molina, 1966). En la provincia de Buenos Aires, solamente en el área bajo riego del Valle inferior del Río Colorado, se tenían hace 20 años, unas 65.000 has. salinizadas sobre una superficie total de 320.000 hectáreas (Campanini y Lores, 1966). En los suelos, las sales solubles suelen provenir de la alteración de minerales primarios, por descomposición de rocas sedimentarias, por infiltración de aguas subterráneas, por alguna ingresión marina, o llevadas por el viento desde el mar o desde salinas. El fenómeno de acumulación de sales es más común en regiones secas o con fuerte evaporación; y también en zonas bajas con capas de agua permanentes cerca de la superficie (Etchevehere, 1976), y sabemos que más del 70 por ciento de los suelos del mundo se encuentran en regiones áridas, (Kovda, 1980). El efecto de las sales sobre los microorganismos ha sido estudiado por numerosos autores en diferentes ambientes: alimentos salados, lagos, mares y suelos salinos (Strogonov, 1964). Así como otros factores inhibidores, la salinidad ejerce sobre la microflora telúrica una acción diferencial, tal que ciertos microorganismos o grupos de microorganismos son poco afectados, mientras que otros, más sensibles son inhibidos (Dommerges y Mangenot, 1970). Por otra parte, sabemos que las actividades bacterianas afectan al ambiente físico y a la comunidad biológica, y son a su vez influenciadas por ambos. Estas actividades físicas de las bacterias hacen contribuciones substanciales y necesarias a los ciclos de energía y de los elementos, de cuya continuidad depende la vida sobre la tierra (Doetch y Cook, 1973). //

Incluye referencias bibliográficas.

 
Registro eunm007574 · Modificado: 07/11/2018

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